A salvo de radiaciones

Esta casa de vacaciones está rodeada de pinos y abocada a un pequeño barranco con rocas de granito que forma un mirador natural sobre el pantano de San Juan (Ávila). Su singularidad ha merecido el premio Ópera Prima 2008-2009 del Colegio de Arquitectos de Madrid. Los arquitectos Diego García-Setién y Silvia Sánchez (s2arquitectos) tomaron como imagen de partida un sencillo cubo, que transformaron en un paralelepípedo truncado y roto en sus esquinas. De ahí la cubierta plegada que forma una limahoya (línea de intersección de las dos vertientes) desde la esquina sudeste a la noroeste, un singular canalón que recoge y evacua el agua de lluvia, con una altura de 7 m en su punto más alto y 3 m en el más bajo.
La construcción se orienta hacia un bello paisaje, pero cerca hay torres de alta tensión y un repetidor de telefonía móvil, y los propietarios estaban preocupados por la radiación electromagnética. Para evitarla, los arquitectos eligieron un material que habitualmente se emplea como aislante en la industria aeroespacial, compuesto por láminas de aluminio y polietileno (como el plástico con burbujas de embalar). Además de proporcionar un excelente aislamiento frente a la radiación térmica (97%) y la humedad, este material crea una barrera electromagnética o jaula de Faraday (en el interior de la casa no existe cobertura para telefonía móvil). Una capa de fibra de cáñamo se suma a este material para mejorar el aislamiento térmico.
Otra preocupación de la propiedad era el gas radón, emisión típica de los suelos con rocas de granito. Para evitar su entrada en la casa, se creó un forjado sanitario con orificios que ventilan esta cámara de aire y evitan la acumulación del gas.
Los interiores se distribuyen en dos plantas. Abajo se concentran el salón comedor, la cocina y el aseo, y arriba, como si fuera un altillo, se encuentran los dormitorios y un baño compartido con sendas puertas que dan a cada uno de los cuartos. Si el exterior de la vivienda es de hormigón, toda la estructura interior se construyó en seco (sin ladrillos, cemento ni agua). El forjado de la planta alta se resolvió como una estantería: una estructura de perfiles de acero laminado se atornilla al hormigón, y una escalera metálica colgada del forjado conduce a los dormitorios. Los espacios de esa segunda planta se separan con ligeras estructuras de tubo, que se han revestido para ser usadas como armarios. En la planta baja, otro cubo agrupa el aseo y los elementos altos de la cocina.
Las paredes se han recubierto con tablero de virutas orientadas (OSB), un material económico que en este caso es ignífugo, tratado con aceite para darle un acabado continuo. Los dormitorios tienen cada uno un gran ventanal de 5 y 4 metros, con vistas al pinar y al pantano; en la misma posición, en la planta baja, se ubican dos terrazas. Todas las ventanas del piso superior se protegen del sol con estores textiles, mientras que en la planta baja unas contraventanas de chapa de acero con apertura tipo librillo, que permiten cerrar completamente la casa cuando está deshabitada, contrastan por su textura metálica y lisa con el tacto pétreo del hormigón. MagazineLV.

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